La evaluación verdadera
Los estudios para la toma de decisiones. Se parte de la necesidad de
tomar decisiones y su intención básica es proporcionar conocimientos y
bases valorativas para tomar y justificar decisiones. Entre los métodos
adecuados para llevar a cabo este tipo de estudios están las
inspecciones, valoración de las necesidades, estudios de casos, series
de recomendaciones, observaciones estructuradas y planificaciones
cuasiexperimentales y experimentales. Entre los evaluadores que
consideran que la evaluación debe contribuir a la toma y justificación
de decisiones están Cronbach y Stufflebeam, (Stufflebeam y Shinkfield,
1995). En la evaluación para la toma de decisiones la principal
característica es “utilizar la evaluación continúa y sistemática para
planificar y llevar a cabo los servicios que satisfacen las necesidades
del cliente” También se puede señalar que la principal limitación es que
la colaboración entre el evaluador y el que toma las decisiones puede
conducir a una distorsión de los resultados. Para contrarrestar estas
posibles desviaciones se puede recurrir a la metaevaluación externa, es
decir, a la evaluación de la evaluación (Stufflebeam y Shinkfield, 1995,
p. 73).
ƒLos estudios centrados en el cliente. Se centran principalmente en ayudar a quienes realizan un servicio cotidiano tendiente a valorar y perfeccionar sus contribuciones. Los problemas planteados proceden de la comunidad, de grupos locales y de expertos ajenos al caso. En este sentido, se trata de una investigación activa que orienta a quienes realiza programas a dirigir sus propias evaluaciones. La principal desventaja que se le señala es la “ausencia de credibilidad externa y la posibilidad de ser manipulado por ciertos elementos locales que, en efecto, ejercen un gran control sobre la evaluación" (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 74).
Los métodos más usados son el estudio de casos, informes contrapuestos y la evaluación respondente. El pionero en este tipo de estudios es Stake (1967); con la propuesta de evaluación respondente, el autor presenta una alternativa frente a diferentes métodos evaluativos, tales como: el modelo pre-test y post-test (evaluación preordenada), el modelo acreditativo (autoestudio y visita de expertos), la investigación aplicada al modelo didáctico (Cronbach), la evaluación orientada hacia el consumidor (Scriven), la evaluación orientada hacia la decisión (Stufflebeam), la metaevaluación (Scriven), la evaluación sin metas (Scriven) y la evaluación contrapuesta (Owens y Wolf).
ƒLos estudios centrados en el cliente. Se centran principalmente en ayudar a quienes realizan un servicio cotidiano tendiente a valorar y perfeccionar sus contribuciones. Los problemas planteados proceden de la comunidad, de grupos locales y de expertos ajenos al caso. En este sentido, se trata de una investigación activa que orienta a quienes realiza programas a dirigir sus propias evaluaciones. La principal desventaja que se le señala es la “ausencia de credibilidad externa y la posibilidad de ser manipulado por ciertos elementos locales que, en efecto, ejercen un gran control sobre la evaluación" (Stufflebeam y Shinkfield, 1995, p. 74).
Los métodos más usados son el estudio de casos, informes contrapuestos y la evaluación respondente. El pionero en este tipo de estudios es Stake (1967); con la propuesta de evaluación respondente, el autor presenta una alternativa frente a diferentes métodos evaluativos, tales como: el modelo pre-test y post-test (evaluación preordenada), el modelo acreditativo (autoestudio y visita de expertos), la investigación aplicada al modelo didáctico (Cronbach), la evaluación orientada hacia el consumidor (Scriven), la evaluación orientada hacia la decisión (Stufflebeam), la metaevaluación (Scriven), la evaluación sin metas (Scriven) y la evaluación contrapuesta (Owens y Wolf).
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